Historia "Tg de 45°"

"Todo empezará distinto hoy" Dijo mientras intentaba abrir los ojos de esa gélida mañana, en su ser, en su interior se sentía igual e incluso mas frío que el ambiente, se levantó rápido. 7:30 . Hoy si, la vida es ahora o nunca.

Desde marzo del 2010 que no se sentía tan decidida de hacer de una vez por todas bien las cosas, sentía que tenía que volver a levantarse después de la tragedia tan enorme que jamás en su corta vida y supuestamente experimentada como ella ilusa creía, veía venir, un rompimiento, si puede ser eso hoy en día suena como algo superficial, algo que puede suceder todo el tiempo entre las parejas de 15 a 20 años, pero no, esta vez se podría contar una historia aparte, se debe relatar un cuento distinto, porque podría decirse que ambos pusieron su vida en eso y en sus jóvenes cerebros estaba alojada la idea de que todo iba a ser diferente, pero deseando lo mismo que los que se enamoran perdidamente desean: una casa, vivir juntos, trabajos estables y por supuesto tiempo para dedicarse a lo que mejor sabían hacer... amarse entre ellos.

Pero no, como todos los sueños utópicos que se pierden con las palabras de todas aquellas personas que deseaban lo mismo, ese se desvaneció, se desintegró, podría contar la historia, pero es horriblemente pesarosa y no podré relatar con los ojos nublados la historia de esta ingenua mujer, desde los años en que se sentaba bajo un árbol a escribir poemas, con el sueño de ser una verdadera escritora, desde los años en que hubiese amado convertirse en una gran artista, cuando a su temprana edad sus preceptores notaban una avanzada capacidad de mirar la realidad y reflejarla en sus cuadros.

Siempre cuando caminaba por alrededor de la gente, de sus pares, todos se apartaban, fue a clases y como una mancha negra en un colorido cuadro era tan mal vista por todas las chicas de ropa llamativa y voces estruendosas.
En un pasillo divisó a lo lejos a su profesor de matemáticas, el que siempre le mandaba sugestivas miradas y tocaba su espalda cuando pasaba a su lado, ella no estaba segura si es que en realidad existía algún tipo de interés o simplemente se trataba de aquellos hombres que su ego puede mas que ellos y pueden así a su criterio flirtear con quien se propongan.
Entró a su clase, y paso por su lado, su característico olor a tabaco y sugerente perfume le rosó su cara, después de todo aunque lo negara a todo hombre que estuviese a su lado, le atraía de sobremanera la combinación humo, frío y perfume agridulce, pero su cerebro estaba bloqueado para cualquier persona que intentase buscar una relación casual o formal con ella.

Prueba, trigonometría y cuadriláteros, todos los alumnos se maltrataban la cabeza intentando resolverla, ella la había terminado, ahora miraba hacia la ventana, pensando quizás en su ex novio, ya ni siquera podía sentir dolor, ni menos dicha, era un estado neutro, pero incómodo que de seguro le iba a asediar por mucho tiempo, su vida entera estaba escrita al lado de él...
Timbre, todos se habían ido, apresurada y molesta por haberse perdido pensando otra vez. Se disponía a salir, pero algo bloqueó su salida.

¿En que se entretiene tanto pensando?
Le miró con sorpresa, tuvo unas ganas enormes de responderle "¿Y usted acaso se entretiene molestándome"? Pero solo calló.
Vamos, hay algo en esa cabeza que te esta superando, aunque tu rendimiento es perfecto, tu presencia es tan lúgubre que me pone de mal humor. ¿Que tal si vamos por ahí a beber un café?

"No, yo no bebo café es una porquería que solo me deprime mas." Pensó

Bueno, quizás me sirva para despertar.

Espérame afuera. Iré a dejar estas cosas.

Al frío otra vez, fuera del lugar habían escasos grados celcius, no supo exactamente cuanto, porque no le interesaba como antes, antes era feliz y le importaba vivir y enriquecerse de conocimientos nuevos, conocer el ambiente en el que se adentraba diariamente, pero hoy no. Tanto frío pasaba desapercibido comparado con el de su pecho. Que tanto le fastidiaba y dolía en un principio, pero ahora era parte de ella y de su deliberada vida gris.
Tocó su hombro, ella se dio vuelta y el le pasó su mano por la cintura. Ella no hizo nada por evitarlo, no le importaba lo que hicieran, no tenía fuerzas ni ganas de decir que no a nada, no le importaba su ser, hoy solo se había levantado para hacer sus deberes que congeló por unos largos dos meses de dolor post-rompimiento.

Caminaron, ella le tomó su brazo, y miró al suelo.

Al aceptar el contrato de salir a tomar un café, profesor, no leyó las letras pequeñas de que tiene que ayudarme con unos ejercicios de matemática.pronunció.
No me digas profesor, me haces sentir que hago lo incorrecto Rió coquetamente.

Era un pequeño lugar de la ciudad, un tanto elegante y discreto de luces oscuras, perfectos para no ser avistados ni molestados por nadie. Estaban frente a frente, el mientras fumaba galante su cigarro, ella miraba la taza de café, siempre lo evitaba, es mas, lo odiaba, pero no sentía sabor alguno ahora, solo un poco de calor que falsamente algo le entibiaba el cuerpo.

Ahora quiero saber que te sucede, siempre caminas seria y triste por ahí aunque diría que eso es lo que mas interesante te hace.

Son cosas, profesor, cosas que a uno le sucede en cierta etapa de la vida, las que te hacen abrir los ojos de verdad. Uno cuando es adolescente cree que lo tiene todo, sabe, siente el mundo a sus pies, la felicidad al alcance de la mano, pero pasando eso, comienza a indagar en la realidad, que después de todo no termina siendo tan ideal como soñamos, entonces el mundo se viene abajo y creemos que es el fin de éste. Créame que es algo que no me va a matar, pero si me ha tenido de duelo bastante tiempo.

Siempre me ha encantado la forma que te diriges a mi, me siento tan malvado y esto se ve prohibido, pero te pediré que dejemos las clases atrás y me digas Rodrigo, o "querido" como mas te nazca, preciosa. Y en cuanto a los que dices, yo viví algo similar, ¿sabes?, ahora mismo puedo percibir y sentir como mío tu dolor y lo desganada que te sientes, a tu edad encontré la razón que me hizo luchar y cambiar, pero se derrumbó, como quizás a ti te sucedió, y siempre te observo y tu lo notas, eso me gusta, estoy harto de las niñas que me miran y se ríen con sus risitas fingidas, me gustas Fran, ¿Sabías? eres fantástica y me pesa verte mal.

Se sintió ruborizar, y con esto, un poco de calor. Intentó apartar de su mente las imágenes de cementerio y tal como lo hacía antes, quiso disfrutar de un cumplido de un hombre, pero esta vez mas atractivo que los niñuelos creídos de su adolescencia, mas maduro y obviamente de mayor edad, pensándolo bien él siempre le atrajo, su voz decisiva e imponente en las clases le hacía mirarlo con admiración con sus grandes ojos desde su puesto.

Entonces si quiere verme mal ni a mi ni a mi resultados de fin de año sería genial que me ayudara en lo que le pedí, "querido"

Luego de pronunciar esas palabras sonrió. Después de tantas semanas que hasta se sintió extraña, ya casi había olvidado la forma que se ponía su ánimo cuando sonreía accidentalmente.

¿Ves? así te ves linda, me siento merecedor de una fortuna por hacer sonreír a la mujer mas seria que he visto, pero a la vez la mas linda, que se perdía en esos ojos tristes. 

Apagó sus cigarro y tomó su mano por encima de la mesa, la besó suavemente sin quitarle los ojos de encima, ella sintió que vivía una vez mas.

Salieron. El frío ahora se sentía, porque su alma se había calentado un poco, quería disfrutar ese rato sin pensar en los hermosos ojos rubios de su ex amado que jamás volvería a ver, la frase que había pronunciado en la mañana si había funcionado, todo sería distinto hoy. Estaba denuevo tomada del brazo de el, y el frío se mitigaba...

Es viernes, quiero beber algo, tú eliges.Se había detenido para situarse en frente de ella y abrazarla.

Ella rió y miró al piso. Necesito un lugar donde dejar mis cosas, el peso de los libros me tiene aburrida.

Él respondió con una sonrisa.

Llegaron a unos departamentos del centro de la ciudad, bastante elegantes y agraciados, Subieron por el ascensor, Piso 13, El se posó a su lado y la abrazó, en las paredes se reflejaban ellos dos juntos, y se veían bastante bien, unas ganas extrañas se apoderaron de ella y sin pensarlo dos veces lo besó, y el solamente le siguió, la estrechó de la cintura y la apretó contra el. Que dichosa se sentía, dentro de ella le recorría un calor que no experimentaba desde hace meses. Llegaron y las puertas se abrieron, no habían parado de besarse y tocarse desde el piso 2. El le tomó la mano y caminaron hacia adentro.

¿Puedo pasar al baño? necesito arreglarme, no habia notado lo desecha que me veo. Dijo después de encontrarse con su reflejo en el enorme espejo de la entrada.

Para mi estas bella, pero pasa, te esperaré aqui.Respondió con su masculina y sugestiva voz.

Tomó su cabello y lavó su cara. Un poco de crema, su característico delineador negro, sombra ahumada, que le daban una increíble intensidad a su mirada. Salió. El la vio y admitió haberse sorprendido del cambio, ademas de haberse maquillado tan bien, se puso un vestido estrecho negro e insinuante, pero que a la vez si dejaba mucho para la imaginación.

En el ascensor otra vez, el solo se limitó a tomarla de la cintura, ella esperó un beso, pero sabía que en el fondo quería tentarla.

Caminaron hasta un bar, suficientemente alejado, para que no entrase ningún inadecuado tipo de persona. Otra vez de frente, en una mesa pequeña, mirándose intensamente a los ojos, solo que ahora ella sonreía y daba de vuelta todos los coqueteos e insinuaciones de parte de él. Saboreaba cada sorbo de alcohol porque recordaba lo de antes, no lo de mese antes, sino que de años, cuando era bastante mas joven y disfrutaba tanto bebiendo lo que sea. Le hacían sentir libre y mas bonita al momento de mirarse al espejo, pero ahora no era necesario, porque cada halago y cada palabra de parte de Rodrigo le hacia alimentar su autoestima como nunca antes.

Horas pasaron, eran casi la madrugada y se levantaron, después de beber, conversar y reír, salieron, ella llevaba el abrigo de el y caminaban abrazados.

En el ascensor otra vez. Ahora fue él quien la tomó y la besó desenfrenadamente, por largo rato, tanto rato que se habían dado cuenta que no avanzaban ya que no habían digitado el numero del piso. Solo se besaban, los dos solos ahí. Rieron y el la abrazaba por la espalda mientras digitaba el piso 13. 

Llegaron arriba.
¿Que hay de mi clase de trigonometría profesor? dijo en tono broma tomando sus libros y tirándolos sobre la cama, no me iré hasta salir de aquí con lo que quiero.
Pues no dejaré que te vayas tampoco, aunque te enseñe toda la matemática del mundo.

Se sentó a su lado en la cama, Besos y mas besos. Manos curiosas que recorrían su cuerpo. Hasta que de un momento a otro se detuvo.

Capítulo 3 del libro. Introducción a la trigonometría. Anote. repuso con el libro en su mano.

Ella rió y tomó su cuaderno y su lápiz, tal como lo hacía en clases, cuando el pronunciaba las primeras palabras al empezar y mientras el resto del curso solo hablaba y reía.

Estaba sentada en la cama aun. El de pie, con el libro en la mano hojeándolo y comenzando a dictar: "En esta unidad didáctica se aborda una introducción a la trigonometría a su nivel más elemental: las razones trigonométricas de ángulos agudos..."

Escribía, en cada pausa lo miraba, tal como en las clases, con respeto, admiración y aunque lo negaba, un poco de deseo.

"Se supone conocida la noción de ángulo y su medida así como la noción de ángulos complementarios."Dijo, pero de un momento cerró el libro.Bueno señorita, usted que es la única que me escucha. ¿Sabe cual es la tangente de 45°?
Ella rió y por un momento pensó que bromeaba, pero le siguió el juego.
Es uno, profesor.  Respondió.
El sonrió y lanzó el libro. 
—Tal como quisiera que fueramos ahora mismo. Uno— Dijo insinuante con su voz grave.

—¡Oiga!, es mi único libro de matemáticas, y lo necesito para el resto del año.Agregó riendo coquetamente.

¿Ah si?, pero me tiene a mi, yo le puedo servir de libro cuando desee. Se acercaba aun mas.

Usted es mas atractivo e interesante que un montón de hojas con letras y números. Creo que acepto la propuesta.
El ya estaba frente a ella, de pie aun, mirándola de cerca a los ojos, y ella sin bajar la mirada. Sentada en la cama.

Se acercó lentamente, levantó su cara suavemente con la mano, acariciando su mejilla, acercó sus labios y los rosaba suavemente, respirando agitado. No supo cuanto tiempo pasó así, pero sabía que fue bastante, y le gustaba.

Lentamente se precipitó sobre ella. Comenzó a tocarla suavemente bajo de su ropa. Ni rastros del frio, ni rastros del dolor. En un momento fueron dos besandose y respirando el uno sobre el otro, primero siendo dos, luego de un momento transformándose en uno.


(***)


Comentarios

  1. ojojjojoo genial historia..disfrute leerla de verdad..pero me urge saber el contexto por lo cual fue creada; tengo una inmensa curiosidad......la obra es excelente, la tg45°=1....y fran, te espero para tu clase de matematicas ;).
    PD: lo ultimo ya es opcional, no quiero obligar ni presionar a nadie, no va con mis nuevos principios.
    good bye lady fran..se te extraña en msn.

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